Programación

A través de mecanismos muy sencillos, Peter Conlin nos introduce en una relación poética con las imágenes, destacando su fragilidad y su carácter efímero.

Este proyecto es el resultado de una investigación sobre el concepto de contenedor que se sitúa entre los polos del mundo industrial y del mundo orgánico, entre el tecnicismo y la naturaleza.

Yves Gendreau colocó un cartel de obra sin inscripción en un solar vacío del distrito financiero central de Montreal.

Aprovechando su estancia en Quebec, DARE-DARE invitó al artista/teórico/educador belga Jean-François Pirson a compartir sus reflexiones poéticas sobre la relación del cuerpo con la "arquitectura de la vida cotidiana".

Con una mirada irónica y feminista sobre el lugar de trabajo, siete "secretarias" percusivas sacudieron sus fichas burocráticas para deleite del público.

Se trata de una investigación sobre los movimientos de la cámara y el monitor. Más concretamente, un dispositivo en el que el movimiento del monitor anula el movimiento realizado por la cámara en el momento de la toma.

Este proyecto de instalación fuera de los muros de DARE-DARE persigue un enfoque vinculado a la apropiación de emplazamientos industriales en desuso como elementos metafóricos, propicios a un cuestionamiento de ciertos símbolos de nuestro entorno contemporáneo.

El proyecto se presenta como una serie de fotogramas sonoros, en los que el movimiento de los autómatas se hace audible mediante el uso de sensores de ultrasonidos.

Con la ayuda de aparatos equipados con lentes de aumento, el artista observaba atentamente la superficie de su piel como si fuera algo completamente desconocido.

Con motivo del Mes de la Fotografía, DARE-DARE presenta un proyecto del artista André Clément.

Leer ante un público.

Una instalación interactiva.

Stéphane Gilot, artista belga afincado recientemente en Montreal, presenta en DARE-DARE una instalación que pone de relieve elementos de la pintura y la arquitectura.

Con el proyecto DARE-DARE presenta la obra de tres artistas aún poco conocidos por el público: Peter Conlin, Chloé Lefebvre y Philippe Tessier.

Iniciado hace más de tres años, el proyecto de Massimo Guerrera se desarrolla en torno a la Cantina, un grupo formado con Patrick Bourque e Isabelle Chabot.

Suponer que la obra de arte tiene una mirada y, más aún, una especie de preexistencia a su materialización, una "presencia en otra parte", que la obra del artista saca a la luz: estas proposiciones constituyen la base de la relación de Pierre Bellemare con su obra.