Programación

Esta instalación presenta una fauna moribunda compuesta por peces lisiados, sucios, manchados y desgarrados.

La esencia trascendida del lugar arquitectónico, el Monte Saint-Michel, su vocación mística y secular, su paso, su alteración temporal, su función social de antes y de ahora, transmuta la efimeridad trágica de la visión de un viaje, de una peregrinación y de sus profanaciones turísticas y mercantiles.

Esta exposición retrospectiva cuenta la historia de cinco años de colaboración entre dos mujeres, Josée Lambert y Alice Bergeron.

La exposición de John Drew Munro en DARE-DARE es un recordatorio del poder de la naturaleza sobre el acto creativo.

Marie-Hélène Robert no pinta, no dibuja, fotocopia.

Las litografías, previamente diseñadas para un libro colectivo de artistas, van acompañadas de un relato corto original escrito por Anne-Marie Régimbald.

Los árboles de Louiselle Frigon están pintados sobre lienzos que se cortan en rectángulos, luego en cuadrados y después se juntan.

Monique Veillette expone en DARE-DARE tres esculturas de vidrio, metal y madera.

Las obras de Sylvie St-Marie presentan, en diversos grados, formas geométricas que aparecen como fragmentos de una imagen que hay que reconstituir.

Christina Horeau explora la materia creando interacciones entre objetos familiares.

DARE-DARE presenta pinturas y técnicas mixtas de Louis Fortier.

El evento reúne obras de artistas que han expuesto en DARE-DARE durante las temporadas regulares de agosto de 1987 a junio de 1988, así como las de artistas que mantienen una estrecha relación con la galería.

Los "aqua-planetas" que Agnès Dumouchel expone en DARE-DARE anuncian una sorprendente inventiva.

Los cuadros y construcciones de madera pintada de Shari Neudorf ilustran un gran interés por la pintura "ecléctica" al combinar varios medios: collage, técnica de estarcido, pintura en aerosol, pintura al óleo.

Claire Beaulieu expone una serie de dieciséis bajorrelieves del mismo tamaño en madera tallada y pintada.